Malta, aunque pequeña en tamaño, ofrece una experiencia lingüística sorprendentemente rica y diversa. El país tiene dos idiomas oficiales: el maltés y el inglés, lo que convierte a Malta en un destino ideal para los lugareños y los visitantes internacionales.

El maltés, una lengua semítica con fuertes influencias italianas, árabes e inglesas, refleja las complejas capas históricas de la isla. El inglés, que se consolidó como lengua oficial durante el dominio británico, se usa ampliamente en la vida diaria, los negocios y el sistema educativo.

Lo que realmente distingue a Malta es su carácter multicultural. Situada entre Europa y el norte de África, la isla ha sido históricamente un cruce de culturas, lo que facilita aprender idiomas.

La mayoría de los malteses son bilingües y muchos dominan tres o más idiomas, incluidos el italiano, francés, alemán y español. La cercanía a Italia y la influencia de los medios italianos facilitan la comprensión del italiano, lo que hace que sea fácil aprenderlo.

Para los visitantes y expatriados, la mezcla de lenguas simplifica la comunicación y la integración. No importa de dónde vengas, es probable que encuentres a alguien que hable tu idioma o que pueda comunicarse en inglés. Por esto, Malta es ideal no solo para turistas, sino también para quienes buscan estudiar, trabajar o vivir en un ambiente internacional.

Además, Malta alberga escuelas de idiomas de renombre mundial que atraen estudiantes de todo el mundo, lo que fortalece su carácter global. Al caminar por ciudades como Sliema, St. Julian’s o Valletta, escucharás una auténtica mezcla de idiomas: maltés, inglés, alemán, francés, español, ruso y árabe, lo que refleja la presencia de numerosos visitantes y residentes internacionales.

Aprender Idiomas

Esta rica combinación de idiomas y culturas destaca la vida en Malta. Ya sea que estés pidiendo comida en un restaurante, explorando su rica historia o haciendo negocios, siempre estarás rodeado de un ambiente multilingüe, lo cual te facilitará aprender idiomas.

La habilidad de los malteses para cambiar de un idioma a otro refleja su hospitalidad y el carácter abierto del pueblo maltés, haciendo que todos los que lleguen se sientan bienvenidos.